domingo, 16 de mayo de 2010

10. Restrictions


-      Tienes que hacer que las cosas vayan, solo un poco mas rápido, a este paso seremos descubiertos y no habremos cumplido con nuestro objetivo.
-      ¿Nuestro objetivo? Claro.- respondió rodando los ojos.
-      Se que aún se te hace un poco difícil esto, pero así son las cosas. Así nos fue destinado desde hace mucho tiempo. Tus memorias aparecerán lentamente, han pasado mucho tiempo.- respondió tratando de sonar consoladora, sabia perfectamente que aún no confiaba en ella por completo.
-      Creo que están sospechando de mí.- continuo indeciso por lo que hacia caminando de un lado hacia otro en la oscura cueva, un refugio para ambos.
-      Ellos no saben que yo estoy aquí, aún. Así que no hay sospechas sobre ti.- para ella era uno de los mejores lugares en los que había estado desde hace ya siglos atrás.
-      No puedo creer que las cosas cambiaran tan de pronto, primero muere mi padre y tengo que venir aquí, después aparece Kim, Ayu y me convierto…en un vampiro. No con eso, ahora basta con saber que yo, no soy realmente quien siempre había creído.
-      Tienes que confiar en mi, sino me ayudas, fallaremos. Le fallare a mi ama.- una promesa jamás se rompía, eso era claro a pesar de tanto tiempo. No importaba nada, solo cumplir con su promesa.
-      Estoy haciendo todo lo posible, pero es muy difícil para mí fingir en el bar. ¿Cómo todos pueden ser tan falsos?
-      Su alma es negra, para ellos es muy sencillo, pero para ti no. Te entiendo completamente.- no soportaba el estar cerca de él después de tanto tiempo.
-      Quiero protegerla, es mi deber cierto. Porque no decir las cosas de una vez.- aún y siendo confuso para el, sabia que su obligación era protegerla, cosa que le molestaba a ella. Amándolo y temerosa de que sus sentimientos aparecieran. ¿Por quien se decidiría esta vez?
-      No podemos. Seria peligroso, si no actuamos con cautela y nos descubren no solo te matarían a ti, sino a ella. Tienes que ser cuidadoso con cada una de las memorias.
-      Entiendo.- respondió creando un profundo silencio entre ambos. Para ella era difícil no poder decirle cuanto le amaba, cual profundo era su dolor después de tanto tiempo y sacrificios. Y para el también lo era, porque en el fondo de su ser, su mente le gritaba quien era realmente. Lo que ambos sufrieron por cumplir su promesa. Salio de la cueva lentamente esperando el próximo encuentro. No podían verse muy seguido debido a que el bar y muchos lugares eran fuertemente vigilados por la seguridad de todos los vampiros.
-      ¡Brenn!- grito Hanon antes de que Brenn se fuera.
-      ¿Si?- pregunto sin girarse para mirarla.
-      Cuídate.- exclamo con sumo dolor en su corazón.
-      Por supuesto.- respondió alegándose velozmente del lugar para volver a su “hogar”. El bar.
-      ¿Brenn? ¿En dónde estabas?- pregunto Ayu al escucharlo entrar en la habitación. Casi amanecía.
-      Ya sabes, viendo el mundo por ahí.- respondió este con melancolía.
-      ¿Has ido a ver como esta tu padre?- inquirió Ayu esperando a que Brenn se recostara a su lado.
-      Si.- respondió saliendo nuevamente de la habitación de ambos.
-      ¡A donde vas!- Ayu demando extrañada de la actitud de Brenn.
-      Iré a tomar algo.- contesto dirigiéndose al elevador para volver al bar. Estaba completamente vació, como todos sabia que el sol estaba regalando ya los primeros rayos de un distinto día.
-      Que hay de nuevo.- saludo Brenn a Shin que permanecía solo, bebiendo en la barra del bar. En esos momentos lo mas seguro es que Any ya hubiera llegado y estuviera desolada en su habitación, a la cual Shin no iba desde hace tiempo.
-      Hola.- Shin dijo tomando algo de su copa tratando de ignorar la presencia de Brenn. Pero Bren trataría de indagar, obtener información sobre cualquier plan que estuvieran tramando Ayu, Yu y los demás. Sabía que en ese momento Any no era una amenaza, ya que estaba siendo ignorada por todos los demás, a partir del descubrimiento de su nuevo poder. Controlar el viento.
-      ¿Como sigue lo tuyo con Any? Se le ah visto muy triste por allí.
-      Probablemente.- respondió Shin, realmente él no estaba enfadado con Any, era el hecho de que Shin pensaba que Any le había ocultado su gran poder, no solo a los demás, sino a él. Había un gran secreto oculto acerca de su nuevo poder.
-      ¿Por qué todos toman ahora esa actitud extraña? Pensé que Kiro fuera, tú y los demás estarían tranquilos, alegres, haciendo cosas nuevas para mejorar.
-      ¿Acaso te has visto en un espejo?- inquirió Shin algo molesto.- Claro que no puedes, nosotros no tenemos. No hay nada de lo que fue nuestra vida anterior. Pensamos que todo estaría mejor pero no es así. Nuestra condena seguirá eterna en este mundo, nunca podremos ser felices. Aun me das lastima, hubiera sido preferible morir a vivir así.- Shin parecía estar en completa melancolía, Brenn sabía que él era diferente a los demás. Tal vez cargar con los oscuros secretos de los demás era peor que permanecer su inmortalidad en el bar, parecía que ni Any podría arrancar el gran dolor de Shin.

Brenn se retiro sin decir nada mas, con Shin no conseguiría respuestas, lo único que tenía que hacer era continuar con su plan. Aún no podía entender bien las cosas, pero en su interior  algo que le decía que debía confiar plenamente en Hanon, esa chica que había aparecido después de que Ayu lo convirtiera.
Yu le había hecho creer a Kiro que había matado a Brenn, para así asustarlo y que se huyera. De hecho todos pensaban eso, solo que después, o mejor dicho justo antes de que Brenn realmente muriera Ayu lo convirtió. Despertando con nuevos y asombrosos poderes además de la inmortalidad. Ambos se había retirado, Ayu informo que cuidaría de Bren hasta que controlara sus nuevas habilidades. Después de alejarse lo suficientemente lejos, Brenn podía escuchar, ver, escuchar, y olfatear mas allá de lo que jamás imagino. Aunque la mirada de Ayu era distante, por supuesto que lo era, Kiro había asesinado a su hermana Ayma.

-      Espera aquí, no te muevas.- Ayu le dijo a Bren de una forma severa. El obedeció, no por abnegación, sino porque tenía miedo. No sabía lo que sucedía.
Ayu desapareció junto con el cadáver de su hermana, lo único que quedaba eran unos viejos huesos. ¿Cuánto tiempo paso exactamente desde la transformación de Ayu? Después de que Kiro escapara, se descubrió que el murió en la guerra, hace siglos. Pero nunca se supo con exactitud cuánto pasó desde que conoció a Ayu.
Brenn permaneció a mitad del bosque, observando un árbol. Nunca le pareció haber sido tan maravilloso como ahora, su olor a humedad, a naturaleza, el sonido del viento, el cantar de las aves nocturnas y demás animales ahí.

-      Maravilloso.-contemplo Bren, fue entonces cuando comenzó a escuchar pasos, Ayu se había alejado mucho y casi no podía oírla. Estos pasos eran de alguien más. Brenn no sabía cómo actuar así que solo se quedo esperando, no se escuchaba. Los pasos se hacían cada vez más cercanos…

Una extraña mujer, de alguna forma parecía una adolecente, ya que guardaba algunos signos de la infancia aun. Ambos se miraban encantados después de que esta chica apareció recostándose junto a un gran árbol ahí. Se miraron por un tiempo sin decir palabra…

-      Hola.- su voz era tan suave, con un toque de inocencia. Mientras que en su rostro se dibujaba una tierna sonrisa, perfecta con sus demás características. Cabello rubio, largo y dorado. Sus ropas estaban algo sucias pero conservaba esa belleza perfecta, inhumana.
-      ¿Quién eres?- especulo Brenn aturdido, nunca pensó encontrar a un vampiro desconocido cerca de allí. 
-      Hay que hablar.- dejando de mirar a Brenn de esa forma especial, su mirada cambio rápidamente con saña.
-      Quién demonios eres.- Brenn dijo sintiendo sus cambio de humor.
-      Eso querido, lo mismo que tu. Un vampiro.- la misma sonrisa continuaba en su rostro, pero ya no era para nada tierna. Fría y tenebrosa. Brenn ignoraba que hacer ¿Correr? ¿Buscar a Ayu? ¿Acaso Ayu no sabía que esta chica estaba allí? Esta chica seria como Kiro o como Yu.
-      Sé que debes estar asustado, eres nuevo. Puedo sentirlo.- la chica se le acerco de una forma cautelosa. ¿Sería un vampiro poderoso? O apenas habrá vivido un par de décadas. Cientos de opciones corrían por la mente de Brenn.
-      Mi nombre es Hanon.- se presento la chica. Era un extraño nombre, pero que no era extraño en este mundo.
-      Soy…Brenn.- ambos continuaron mirándose sin decir palabra, Hanon caminaba alrededor, observando con una extraña sonrisa.
-      Me gustaba más el otro nombre, pero no me puedo quejar.
-      ¿Cuál nombre?
-      Sé que te será difícil de creer pero debes de confiar en mi.- Hanon se acerco con una velocidad asombrosa a Brenn. En un instante sus rostros por poco se rozaban, aun así Brenn no se movió. Habia algo extraño en ella, pero no la sentía como un peligro, sino al contrario. Esa familiaridad surgía entre ellos,  cada vez más poderosa.
-      Hace cientos de años hice una promesa, un juramento de sangre que cumpliré cueste lo que cueste. En aquel tiempo yo era muy diferente. Existían vampiros muy poderosos que hacían las peores cosas que jamás volverás a ver.- las palabras de Hanon sonaban extrañas y distantes.
-      ¿Las peores cosas que jamás volveré a ver? Tú no sabes lo que eh vivido.- Brenn dijo con algo de amargura.
-      En ese tiempo las cosas eran muy diferentes.- continuo Hanon haciendo caso omiso al comentario de Brenn.- La sangre de los vampiros era mucho más pura que ahora, lo que hacía que adoptaran increíbles poderes, y el retornar la vida era uno de esos.- esa palabra electrizo el cuerpo de Brenn al instante.
-      Es extraño, pero es real. Le debo la vida a la persona que me convirtió, cumpliré con lo pactado, y tu también debes de hacerlo. Tengo ese poder Brenn, puedo hacer retornar el alma de las personas, aunque no pueda encontrarlas después, así como me paso contigo.
-      ¿Qué es lo que tratas de decir?- Brenn seguía confuso cuando la mirada de Hanon se veía angustiada, parecía que conocía a Brenn hace mucho tiempo e incluso se percibía.
-      Realmente no lo recuerdas.- Hanon se acerco mas a Brenn sujetándolo por los hombros.
-      No entiendo lo que dices...- en su mente surgían ligeras memorias, imágenes de una vida. Brenn huía a la mirada de Hanon, tratando de alejarse.
-      Esos años en el castillo, con nuestra reina, con nuestros enemigos.- Hanon llevaba una mirada desesperada, en tanto Brenn se sentía mareado por escenas de un pasado, un pasado el cual no vivió. ¿O sí? Un amor, una traición, una maldición, largos siglos de dolor. Todo estaba allí, poco a poco volvían.
-      ¿Sabes quién eres?- Brenn quedo frente a la mirada de Hanon que sabía lo que había sucedido.
-      Mi verdadero nombre es Carter Van Praagh y tú…- Bren permaneció ahí, Hanon llevaba ahora una gran sonrisa, hermosa perfecta junto con su valor después de superar los más grandes problemas.
-      Hace siglos hicimos una promesa a nuestra reina, un juramento que cumpliremos al pie de la letra.- la fortaleza resonaba fuertemente en su voz.
-      Me alegro de que lo sepas, ahora tenemos mucho trabajo que hacer. Tenemos que terminar definitivamente con nuestro mayor enemigo.- nuevamente la actitud de Hanon cambio llena de ímpetu.
-      Asesinar a Ayu.
-      Si, tenemos que terminar con ella y con cualquiera que intente hacerle daño a nuestra reina.- el coraje sonaba intermitente de cada palabra jurada.
-      Kim Manson.

Brenn sabía su destino, y con la ayuda de Hanon todo sería posible ahora.
La peor de las tragedias estaba cerca y ni siquiera Ayu imaginaba lo que venía en camino.

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