sábado, 12 de septiembre de 2009

Capitulo veinte: El Regalo

Siempre me había gustado pensar en lo que había mas aya de la muerte, pero ahora que la tenia tan cerca no me gustaba lo que estaba sintiendo.

- Descanse en paz el alma de nuestra hermana Any Ross…- el padre tiraba agua bendita sobre el féretro donde descansaba el cuerpo sin vida de mi mejor amiga. Su madre fumaba tranquilamente un cigarrillo al otro extremo de donde yo me encontraba con mis padres mientras yo lloraba desconsoladamente en los brazos de mi novio Yu.
- Deja de hacer tanto drama niña tonta!-gritaba la madre de Any alcoholizada.
- Que no puede sentir un poco de dolor! Acaba de morir su hija!- mis palabras casi no se entendían por tanto llorar.
- Sabes perfectamente que fue lo mejor para ella- contesto su madre apagando su cigarrillo sobre mi bota.
- Any!!- grite una vez mas soltándome de Yu cayendo a la tierra.
- Kim…-dijo Yu acercándose a mí y abrazándome. Unos minutos más tarde me cargo en sus brazos llevándome hasta el auto de mis padres.
Permanecíamos en silencio en el asiento trasero mientras mis padres conducían hacia mi casa. Esta vez ni los brazos de Yu me brindaban el consuelo que necesitaba.
- Porque nadie mas vino?-pregunto mi padre.
- Any no tenia familia- respondió Yu.
- Y no tenia novio?-pregunto mi madre.
- Es cierto, porque no vino…
- Gackt-conteste terminando la frase de Yu.
- Es un chico mayor no? Lo vi algunas veces por la ciudad.

Era cierto si Gackt era tan unido a Any, como se suponía que lo eran Ayu y Kiro porque no habían asistido a su…funeral. Al llegar a mi casa Yu me acompaño hasta mi habitación.

- Se que te sientes mal Kim, pero si Any estuviera aquí no le gustaría verte así.-dijo Yu al cabo de unos minutos de silencio, yo observaba hacia el techo.
- Pero ella no esta aquí- respondí fríamente.
- Cada vez que sople el viento…-decía Yu abriendo mi ventana- ella estará contigo. Por ahora confórmate con tenerme a tu lado.- respondió besándome en la frente y saliendo de mi habitación.

Paso el tiempo y yo seguía en la misma posición de antes, mis padres me habían llamado para cenar pero no baje. El viento se había echo mas frió lo que hacia que mi sentimiento de soledad aumentara. Rápidamente tome mi abrigo y salí por la ventana en la búsqueda de un mejor lugar, el cementerio. Any y yo habíamos pasado muchas noches ahí mirando las estrellas de pequeñas pero ahora todo era diferente pues no iba en compañía de Any sino que iba a hacerle compañía a Any. La noche era oscura y fría y solo corría por el cementerio en busca de la tumba de Any, mis botas se hundían en el lodo pues había empezado a llover y caí justo junto a la lapida de Any.
- Any! Any! Porque…!-gritaba histérica encajando mis uñas sobre el fango.

El viento soplaba con mayor fuerza cada vez y el frió aumentaba pero nada era comparable con el dolor que sentía por dentro. Any y yo siempre habíamos pensado lo que había después de la muerte, el lugar donde pasaríamos nuestra eternidad juntas y ahora ella estaba en ese lugar sin mí. Como su madre había dicho, tal vez el mejor regalo que había recibido Any era la muerte. Podía sentir mi rostro hinchado por tanto llorar, casi no sentía mis piernas y brazos por el frió y había parado de llover. No sabía exactamente cuanto tiempo había transcurrido pero me levante y empecé a caminar en dirección a mi casa. Al llegar a esta, una patrulla estaba en la entrada con mis padres y mi novio.

- Kim en donde habías estado!- grito mi padre en pijamas.
- Kim! Estas bien!?-pregunto Yu corriendo a mi lado pues estaba despeinada y sucia además de tener un color morado en mi pálida piel.
- Hija que te sucedió, donde habías estado!-pregunto mi madre preocupada.
- Lo mejor es que me valla- dijo el oficial subiendo a su patrulla.
- Te ves muy mal Kim, llamare a un doctor.-dijo mi madre entrando a la casa.
- No! Mi padre esta en casa, iré por el-intervino Yu corriendo a su casa. Mis padres me ayudaron a entrar y me recostaron sobre el sillón, unos instantes después el padre de Yu había llegado. Una brillante placa sobre su maletín rebelaba su nombre, Dr. Robert Phoenix. Mi padre me quito el húmedo abrigo y no me había percatado de que solo un pequeño short y ropa interior, todo negro. Yu que estaba a mi lado solo abrió los ojos como platos y se retiro de ahí, no solo por mi “ropa” sino que mi piel estaba sucia y llena de moretones además de estar toda completamente azul.
- Kim había, te sientes bien.- decía mi padre asustado.
- Te duele algo Kim?-pregunto el padre de Yu mientras mi madre limpiaba mi piel con un trapo limpio. Estaba en show, lo único que podía decir en esos momentos era…
- Any…
- Que?-pregunto el Dr.Phoenix.
- Su mejor amiga acaba de morir.
- Lo mas seguro es que estuviera en el cementerio- respondió Yu.
- Supongo que esta bien, por la lluvia tal vez sufra de gripe pero solo se trata de un show emocional.
- Pero los moretones…
- Seguro se debió de haber caído. Les puedo recetar unas pastillas para que duerma…
- Estoy bien- respondí con la mirada pérdida levantándome del sillón.
- Te ayudo!- dijo Yu rápidamente tomándome por la cintura.
- No, no, no esta bien. Nosotros la llevamos- respondió mi padre tomándome del brazo. Me dolía un poco pero preferí no quejarme. Solo le dirigí una mirada a Yu de despedida y subí a mi habitación. Me di un largo baño con agua caliente y me fui directo a la cama. A la mañana siguiente fui al colegio aunque ya sabía las miradas que recibiría por un largo tiempo porque mi mejor y una de las chicas raras del colegio se había suicidado, ahora solo quedaba yo. Al salir de mi casa no vi a Yu por lo que me fui sola, al llegar al colegio todo comenzó, todos me miraban extraño mucho mas de lo que ya lo hacían antes. Pase junto al lugar en donde siempre estaba Lily con sus perras.

- Que estas haciendo!!-grite histérica acercándome.
- Que? Pensamos que esta seria una buena forma de hacerle un homenaje a tu amiguita, además ahora tal vez le guste mas a Kiro hasta puede que te quité a tu noviecito.
- Como te atreviste, perra!-gritaba abalanzándome sobre ella tirando de su ropa. Llevaba puesto unas botas de combate, un short negro y corsé además de llevar un maquillaje gótico.
- Suéltame! Suéltame! –gritaba Lily tratando de liberarse de mi.
- No puedes usar esa ropa! Quítatela!-gritaba a punto de llorar. No podía verla así, era un insulto que Lily tratara de verse como una gótica.
- Kim contrólate!-grito Kiro separándome de Lily haciendo que esta cayera en el suelo y yo casualmente en los brazos de Kiro muy cerca de su rostro. Inmediatamente me aleje de ambos y continué caminando ignorándolos completamente.
- Maldita! Me las pagaras!- gritaba Lily quitándose la tierra.
- Me ayudas Kirin?-dijo Lily con una sonrisa hipócrita dándole su mano a Kiro.
- Kim, espera!-grito Kiro ignorando a Lily y siguiéndome.
- Que! Porque no vas a ayudar a tu amiguita y me dejas en paz, creí que todo había quedado claro! Te quiero lejos de mi Kiro!
- Como estas Kim, siento la…perdida de tu amiga.-dijo abrazándome o mejor dicho aprisionándome en sus brazos.
- No necesito tu compasión!-grite de nuevo casi a punto de llorar.
- Claro que me necesitas, si no soy yo quien?-Kiro me miro con sus hipnotizantes ojos a los que no me pude resistir como antes.
- Puede ser…
- Prométeme que no harás nada estupido Kim- decía Kiro acariciando mi rostro.
- Como que…
- No busques respuestas.- contesto acercándose a mi rostro, sus labios se veían tan tentadores que no podía resistirme…
- No!- el leve rose de estos hicieron que me diera cuenta de que no podía hacer esto. Besar a un chico que no fuera mi novio y además después de haber sepultado a mi mejor amiga. Inmediatamente regrese a mi salón y…
- Kim, lamento la perdida de Any.-dijo el profesor poniendo una mano sobre mi hombro mientras yo observaba detenidamente el lugar que por años Any había ocupado en la parte trasera del salón. Vació como el lugar y vació como mi alma. Entre a todas mis clases pero sin poner atención en lo mas mínimo, solo esperaba la ultima hora para estar con Yu y poder irme a casa. Los días cada vez se hacían mas fríos y el viento soplaba con mayor fuerza anunciando la inevitable llegada del invierno. No pude contenerme las ganas de volver a aquel lugar, el edificio donde se quito la vida Any. Un fuerte viento hizo que el cabello tapara mi rostro y casi cayera…
- Kim…-podía escuchar mascullar al viento pronunciando mi nombre lo que me causo escalofríos y ahí, junto a un gran árbol se arremolinaba el viento y hacia la inevitable presencia del espíritu de mi amiga Any. Era ella! Con su sonrisa, su mirada altiva, su cabello brillante, botas de combate y un largo vestido negro.
- Any!-grite estirando mi mano para alcanzarla pero la figura había desaparecido. Asustada corrí hasta mi grupo donde ya estaba esperándome Yu.
- Kim! Te sientes bien? Tienes una cara que parece que viste un fantasma.
- Que! Fantasma? Yo…no, estoy bien.
- Porque viniste al colegio, te debiste de haber quedado en tu casa al menos por el resto de la semana.
- Me pondría peor encerrada en mi habitación, además tu dijiste que a…Any no le gustaría verme así.
- Cierto- respondió con una encantadora sonrisa.
- También dijiste algo sobre…el viento.
- Siempre que sople el viento Any estará contigo.- dijo Yu repitiendo las mismas palabras que antes había escuchado.
- Si, que quisiste decir con eso?
- Yo…
- Buenos días chicos, abran sus libros en la pagina 79-dijo el profesor interrumpiendo a Yu.

La clase transcurrió tranquilamente, estar con Yu me levanto un poco el animo haciéndome olvidar lo acontecido. Lily no entro a clase lo cual fue un gran alivio pero cuando salimos de esta hacia nuestras casas pude verla en compañía de Kiro, no pude evitar sentir un poco de celos pero como podía sentir celos yo, si tenia al chico perfecto de este mundo a mi lado. Pude sentir la mirada de odio de Lily sobre mi pero omití su pequeña existencia…

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